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La Tentación Reeleccionista

Ballot Box. Image credit: Pixabay

Los intentos del presidente paraguayo Horacio Cartes de reformar la Constitución para habilitar la relección inmediata y poder aspirar a un segundo periodo consecutivo provocaron hace poco una grave crisis política que aun no ha desaparecido por completo, pese a la reciente renuncia (el 17 de abril pasado), expresa y por escrito, del propio Cartes a ser candidato presidencial para el periodo 2018-2023. (Read this Commentary in English)

Lastimosamente, éste no constituye un hecho aislado. En Bolivia, en 2015, el Presidente Morales se declaró “esclavo del pueblo” y apoyó una reforma impulsada por el Congreso (donde tiene mayoría) que lo autorizaba a postularse  por una vez más a la presidencia en 2019. Empero su objetivo se frustró ya que perdió el referendo celebrado en febrero de 2016. Pese a esta derrota, Morales ha vuelto a manifestar su deseo de seguir buscando mecanismos que le permitan aspirar a un nuevo período.

Estos dos casos forman parte de una tendencia regional pro-reelección que ha venido cobrando fuerza. En efecto, si bien Latinoamérica ingresó a la democracia (en el marco de la Tercera Ola) siendo claramente antirreeleccionista, la situación cambió a partir de la década de los noventa del siglo pasado. La primera ola de reformas fue favorable a la reelección inmediata y estuvo impulsada por Alberto Fujimori en Perú (1993), Carlos Menem en Argentina (1994) y Fernando Henrique Cardoso en Brasil (1997). Posteriormente, varios presidentes más introdujeron reformas similares para mantenerse en el poder. Una segunda ola de reformas, liderada por Hugo Chávez, tuvo como objetivo pasar de la reelección inmediata a la indefinida; Chávez fue el primer presidente, en 2009, en lograr aprobar una reforma de este tipo.

Los años 2014 y 2015 fueron semilleros de noticias en materia de reelección. En la República Dominicana se reimplantó en 2015 la reelección inmediata, permitiéndole al Presidente Danilo Medina presentarse nuevamente a las elecciones de mayo de 2016 y ser reelecto. Otros dos países se han movido en “direcciones extremas”. Nicaragua eliminó en el 2014 el impedimento constitucional que existía, permitiendo la reelección indefinida. En noviembre de 2016, Daniel Ortega fue reelecto por segunda vez consecutiva. Colombia, en sentido contrario, a propuesta del Presidente Juan Manuel Santos prohibió en 2015 la reelección presidencial. Por su parte, en Honduras, a inicios del 2016, la Corte Suprema declaró inaplicables los artículos de la Constitución que prohibían la reelección presidencial, posibilitando de este modo que el actual Presidente Juan Orlando Hernández busque su reelección consecutiva en las elecciones de noviembre próximo. También cabe citar el caso de Ecuador, país en el cual el Presidente Rafael Correa apoyó una reforma constitucional dirigida a permitir la reelección indefinida, (la cual fue aprobada en 2015), si bien este decidió no presentarse a la re-reelección en las pasadas elecciones de febrero de 2017.

Como resultado de todas estas reformas, actualmente 14 de los 18 países de la región permiten la reelección, si bien con modalidades diversas: alterna (Chile, Uruguay, Panamá, Perú, Costa Rica, El Salvador), consecutiva (Argentina, Bolivia, Brasil, Honduras y República Dominicana), e indefinida (Venezuela, Nicaragua y Ecuador).
 Únicamente México, Guatemala, Paraguay y Colombia no la regulan.

La reelección (sobre todo bajo su modalidad consecutiva o indefinida) es un instrumento muy apetecido por los políticos latinoamericanos debido a su alta eficacia para mantenerse en el poder. Por ello, todas las reformas a favor de la reelección consecutiva o indefinida fueron hechas con nombre y apellido desde el poder y para beneficiar directa e inmediatamente al autor de la misma. Desde 1978 a la fecha, únicamente un presidente que modificó la Constitución para reelegirse no lo logró: Hipólito Mejía en la República Dominicana.

La experiencia comparada regional de las últimas décadas evidencia asimismo el alto impacto de la reelección para mantenerse o regresar al poder. A la fecha, la mitad de los 10 presidentes latinoamericanos en funciones de América del Sur han llegado al poder vía reelección: Tabaré Vázquez en Uruguay y Michelle Bachelet en Chile (modalidad alterna), y Evo Morales en Bolivia, Rafael Correa en Ecuador y Juan Manuel Santos en Colombia (modalidad consecutiva). Dilma Rousseff también logró ser reelecta en Brasil, pero fue depuesta mediante juicio político en 2016.

Mi opinión: Todo pareciera indicar que en la mayoría de las elecciones que tendrán lugar en América del Sur en los próximos años (Chile en 2017; Brasil, Colombia, Paraguay y Venezuela en 2018; y Argentina, Bolivia y Uruguay en 2019) la reelección en sus diversas modalidades mantendrá plena vigencia. A la fecha, varios ex presidentes ya han anunciado su deseo de intentar regresar (Sebastián Piñera en Chile, Lula da Silva en Brasil) o mantenerse en el poder (Evo Morales en Bolivia). Eso sí, el nuevo ciclo económico, social y político-electoral que vive la región seguramente impactará en materia de reelección como ya lo viene haciendo en relación con el balotaje, lo cual ha provocado que por primera vez el 60% de los actuales presidentes de América del Sur hayan tenido que ser electos en segunda vuelta y, en varios casos, por diferencias muy estrechas. 
 

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Former staff member - Daniel Zovatto
Director for Latin America and the Caribbean
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